Complejo de bodega, hotel y restaurante
Dado que todos los años pasamos unos días en Soria cerca de esta zona, ya tenía yo echado el ojo a la bodega Lagar de Isilla y por unas circunstancias u otras no habíamos podido ir. Pero en esta ocasión, con Soraya trabajando allí no podíamos fallar.
La visita está muy bien, no solo por las explicaciones de Soraya sino porque la decoración de la misma es bastante original, fruto del gusto personalisimo de su propietario.
Tras la visita empezamos la cata dónde nos dieron a probar cinco de los mejores vinos de la amplia variedad que ofrece la bodega. A nuestro gusto, el reserva fue el que más nos gustó.
De picoteo te ofrecen un platito con chorizo, salchichón, unos colines y unos trozos de queso y aunque todos los productos de muy buena calidad el queso realmente espectacular y en cantidad suficiente como aperitivo para la cata.
Todo ello, se desarrolla de forma muy personal en una conversación sobre un poco de todo con el vino como punto central. Muy agradable el entorno que han montado para hacer las cartas bastante personales.
A lo demás hay que añadirle que el precio está super ajustado para lo que se lleva en la zona de ribera, los cinco vinos más el aperitivo tienen un coste de 15 € por persona lo que realmente es magnífico.
Normalmente repetir visita a la misma bodega no tiene mucho sentido, pero no me extrañaría que volvamos a repetir la experiencia de la cata y comida en el restaurante.
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La historia de las Bodegas El Lagar de Isilla y de sus vinos comenzó en el año 1995. Todo empezó en la bodega histórica del siglo XV ubicada debajo del restaurante El Lagar de Isillade Aranda de Duero. Allí, a 12 metros de profundidad, la familia Zapatero Pinto, elaboró las primeras 50.000 botellas de un vino que hoy ya es una referencia con sus 250.000 botellas de producción anual.
La aceptación de los caldos producidos por El Lagar de Isilla llevaron a la familia Zapatero Pinto a plantearse una nueva ubicación para su bodega. Así, surge el complejo enológico de La Vid construido sobre una finca de estilo colonial de 1890. Primero fue la bodega y la tienda gourmet y luego llegó el hotel.
Por todo ello la familia Zapatero Pinto ha recibido el Premio al Mérito Enoturístico que otorga Rutas de Vino de España.
La bodega se integra en las antiguas edificaciones de la finca, respetando los materiales de la época como la madera y la piedra. Consta de cinco naves y un edificio social con oficinas, sala de catas y un porche decorado con diversos aperos de labranza típicos de la Ribera del Duero.
Al lado, también integrado en la finca colonial, se encuentra el Hotel Boutique El Lagar de Isilla**** con su restaurante La Casona de La Vid, donde se pueden disfrutar los vinos de la bodega acompañados de los mejores productos de la zona.