Asomado al Ebro y a los viñedos de Tondón y a apenas cinco minutos en coche de El Barrio de la Estación (Haro), este palacio del siglo XVI, en la localidad riojana de Briñas, no es solo un precioso y acogedor hotel, sino un destino gastronómico en sí mismo. Su comedor, con ventanales a una terraza ajardinada, encierra una propuesta que, de mantenerse de aquí a finales de año, podría ser merecedora de una estrella Michelin.
Fuente: Expansión