Mas allá de los arroces en Pinoso
Unas gestiones en Monóvar nos animaron a acercarnos al Raco de Pere i Pepa pues ya hacía tiempo que no le visitabamos y cuando lo habíamos hecho, habíamos salido muy contentos.
Éramos 2 personas y pedimos el menú de degustación, ya que aunque no nos dijeron que había carta nos recomendaron pedir el menú para reducir las esperas entre platos y gracias a Dios que lo hicimos pues a pesar de pedir el menú, en algunos casos las esperas fueron demasiado largas.
💶 El coste de esta comida fue de 41€ por persona todo incluido.
🍴 Cuándo llegas te encuentras sobre la mesa un platito con una bola de sobrasada y unas aceitunas negras aliñadas, las aceitunas buenas pero la sobrasada espectacular .
🍴 El primer plato qué te sirven es jamón ibérico con patatas paja pimientos del padrón. No voy a decir que estuviera malo porque sería faltar a la verdad pero para mí no es un plato de un menú de degustación y mucho menos si ese menú de degustación es de un restaurante que figura en la Guía Michelín.
🍴 Alcachofas rellenas de foie, setas y chirivía. Las alcachofas, una por persona eran de buen tamaño, tan grande que apenas había espacio para el relleno, muy sabroso, aunque no encontré el sabor del foie en el mismo.
🍴 Coca de vieiras y verduritas asadas. El plato consistía en un trozo de masa de coca sobre el que habían puesto unas verduras asadas y aproximadamente una vieira cortada en rodajas y por encima una salsa que lo cubría todo. El bocado es muy rico pero el delicado sabor de la vieira desaparece entre tanto componente de potente sabor, una buena anchoa o incluso una humilde sardina creo que tendrían mejor papel en este plato.
🍴 Sartén de gambas. En una sartén te traen dos gambas de buen tamaño por persona, champiñones y ajetes. En medio de la sartén viene un huevo que el camarero rompe delante de tí una vez depositada la sartén sobre la mesa. Me gustó mucho el plato y el truco es bien simple, el huevo estaba cómo tiene que estar, ni crudo dejando ese “moco” que se arrastra por el plato, ni tan hecho que no aporta nada. En este caso estaba perfecto y servía de unión al resto de los elementos del plato, convirtiendolo casi en una crema. Lo mejor de la comida.
🍴 Cochinillo con salsa de melocotón. La salsa estaba espectacular y gracias a ella pude dar cuenta del cochinillo, que no estaba seco si no lo siguiente. Sí una carne grasa se queda seca y la piel que debe ser crujiente se convierte en goma, el plato vale entre poco y nada.
🍴 Rodaballo con crema de caviar de mújol. Fue el plato que pidió Ana y dado que la ración era generosa, comí un trozo y estaba muy rico, un rodaballo de buen tamaño y una salsa muy lograda. La verdad es que con el cochinillo no había color, el rodaballo estaba a años luz. Lamento que no haya salido este plato en la foto.
🍰 De postre ofrecen un variado, que ya sabéis que no me suelen gustar, fruta del tiempo o un sorbete de limón. Los dos nos decidimos por el sorbete y la verdad es que con gran acierto pues eso de los mejores sorbetes que recuerdo.
🍷 De vino había dos opciones que era el MO bodega Salinas o Tarima Hill. Nos decantamos por este último, un vino demasiado joven a mi gusto.
🍷 Dos botellas de agua
🗨 Las cantidades son generosas pero en un restaurante que figura en la Guía Michelín por la relación calidad precio, creo que los platos de un menú de degustación deberían ser un poquito más “arriesgados”.
🗨 La carta según me dijeron está para los días de diario y los fines de semana solamente trabajan con menú. Viernes a mediodía es considerado fin de semana.
🗨 Creo que los menús no deberían incluir las bebidas porque normalmente el vino que hay en en ellos suelen ser entre regular y malo. Si pides a la carta el vino me siento doblemente estúpido, pues pago el vino del menú y el vino de la carta.
🗨 ¿ No sería razonable que si uno pide el vino de la carta tuviera una reducción sobre el precio de la misma ya que no se va a consumir el del menú?
🗨 A pesar de pedir el menú, en algunos casos, las esperas fueron demasiado largas.
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Desde mi humilde punto de vista el Racó de Pere y Pepa es un restaurante que va un poco más allá de los platos tradicionales pinoseros entre los que se incluyen el famoso arroz de conejo y caracoles. El Racó de Pere y Pepa ofrece una forma de comer diferente, qué puede ir desde el confit de pato a un rodaballo a la crema.
Tiene dos comedores separados en dos plantas, los dos muy bien acondicionados con el único defecto de que cuando se llenan tienden a ser bastante ruidoso.
Ofrece una carta los días de diario y los fines de semana se limita a dos menús de degustación de 36 y 41 euros (en 2019). Ambos menús incluyen las bebidas.
No puedo opinar sobre la carta de vinos pero imagino que tendrá una fuerte presencia de los vinos de la zona.
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➕ Factura limpia: el comensal solo paga por aquello que ha pedido, sin gastos ocultos (pan, servicio, cubierto, etc)
➕ Local muy agradable.
➕ Servicio amable.
➖ Tiempo de espera entre platos demasiado largo en algunos casos.
🗨 Por la última experiencia, mejor que pidas platos que se tengan que hacer en el momento como pescados y arroces.
