Uno de los clásicos de Segovia
Cuando decidimos que queríamos visitar Segovia por nuestra cabeza pasó inmediatamente la idea de comer cochinillo o cordero en uno de sus afamados asadores, pero intentar tener sitio en un restaurante en Segovia un domingo de julio es una tarea complicada. Tuvimos la suerte de que Bernardino nos dio una mesa para dos con la condición de que llegáramos antes de las 14:00h de la tarde.
🍴 De comer pedimos como entrada unos pimientos rellenos de manitas que no nos dijeron gran cosa, ya que esperábamos encontrar nunca trozos de manitas deshuesadas y en la realidad de lo que estaba relleno el pimiento era de una bechamel donde el sabor de la manita quedaba muy difuminado.
🍴 De principal pedimos 1/4 de cordero que viene acompañado de una ensalada verde y de unas patatas panaderas. Todo muy rico pero el cordero sencillamente espectacular.
🍰 No pudimos con postre, ya que de haberlo comido no hubiéramos podido cenar.
🍷 Como bebida tomamos una botella de agua y una botella de vino Carramimbres, un vino que hacía tiempo que no tomaba, pero que me gustó mucho.
🗨 Comer en uno de estos restaurantes es un dilema constante: no sabes si pedir menos carne para probar algunas de sus entradas, pero claro, cómo vas a renunciar a tomar una buena ración de asado sabiendo que es una cosa excepcional. Lo dicho, un dilema.
Asador el Bernardino: asador histórico y emblemático de la ciudad desde 1939. El comedor es clásico, con sus vigas de madera y donde destacan el cochinillo, el cordero y la sopa castellana como platos famosos de su extensa carta. Vistas increíbles desde el Mirador de Canaleja.
Carta de vinos también muy amplia y de corte muy clásico como no podía ser de otra manera.
➕ Factura limpia: el comensal solo paga por aquello que ha pedido, sin gastos ocultos (pan, servicio, cubierto, etc)
➕ El comedor es muy grande, pero todo funciona como la seda.
