El local es bastante grande, decorado con gusto pero sin lujos. Grandes ventanales a través de los cuales el sol del invierno que iluminaba el comedor y lo convertía en un lugar muy agradable en el que disfrutar del menú.
La decoración como se aprecia en la foto es bastante clásica, con mesas bien vestidas y suficientemente separadas.
Hay carta aunque se ve una clara orientación hacia los menús que tiene tanto a diario como en fin de semana, bien de precio y bastante equilibrados.
Carta de vinos correcta, tanto en referencias como en precios.
Precios ajustados, prueba de ello es que es frecuente ver familias con niños en el restaurante.